Silicio, elemento esencial
para la vida
El silicio es el segundo
elemento más abundante en la Tierra, después del oxígeno. En nuestro planeta,
nunca se presenta por sí solo, sino que siempre va acompañado de otras
sustancias, por ejemplo, el oxígeno: esta combinación recibe el nombre de
dióxido de silicio (SiO2)
En la naturaleza, encontramos el
silicio en forma de minerales (cuarzo, cristal de roca), plantas (cola de
caballo, ortiga) y en las algas diatomeas. La combinación de silicio, oxígeno y
agua se denomina ácido silícico. Es esta forma la que el cuerpo asimila mejor.
Todos los seres vivos necesitan
el ácido silícico. Las personas y los animales lo precisan para desarrollar un
tejido conjuntivo fuerte. La formación de la piel, el cabello y las uñas de las
personas depende de la cantidad de silicio absorbido, al igual que las pezuñas
y las plumas de las aves. También las plantas utilizan esta sustancia vital, ya
que forma parte del tejido de sostén.
El tejido conjuntivo, también
llamado conectivo, tiene la función primordial de ser el tejido de soporte de
todo nuestro organismo. Está formado por la sustancia fundamental (SF). Es un material
translúcido, extensamente hidratado y de consistencia gelatinosa, en el que
encontramos gran variedad de componentes, como el ácido hialurónico, el
condroitín sulfato y el silicio, entre otros.
La importancia del ácido silícico
para las personas aumenta con la edad. La piel, el tejido conjuntivo de las
arterias, los huesos y los cartílagos son cada vez más frágiles y pierden
sustancia. Se hace entonces necesario administrar silicio como complemento a la
dieta habitual. Esta sustancia es recomendada por muchos expertos como mineral
vital y fundamental, para disfrutar de un aspecto sano y un mantenimiento de
nuestro cuerpo.
El potencial del ácido silícico
ha sido subestimado durante mucho tiempo. Probablemente, porque el silicio
aparece en el cuerpo humano en cantidades muy pequeñas. Nuestro organismo
contiene únicamente 1,4 gramos de este oligoelemento. En 1972, Edith Muriel
Carlisle, científica americana, doctora y profesora en nutrición, descubrió que
el silicio era esencial para el cuerpo humano. Es decir, necesario para la
vida.
El requerimiento diario de
silicio se encuentra entre 20 y 50 mg. La eliminación normal diaria a través de
la orina, heces, descamaciones de la piel, uñas y pérdida de cabello se
encuentra entre 10 y 40 mg. de ácido silícico. Por ello, es imprescindible
suministrar desde el exterior y de forma continua ácido silícico, para evitar
la aparición de síntomas y signos de carencia. Los adultos, los ancianos y los
enfermos crónicos necesitan una cantidad especialmente elevada de ácido
silícico.
Silicio y tejido conjuntivo
En primer lugar, el silicio ayuda
a la formación de la sustancia fundamental (SF) del tejido conjuntivo y forma
parte de ella. Aumenta la capacidad de retener agua en las células y, con ello,
la hidratación del tejido, que con la edad se reduce drásticamente. Por otra
parte, aumenta la elasticidad del tejido conjuntivo y, gracias a su capacidad
de englobar sustancias, ayuda a eliminar mejor las toxinas. En segundo lugar,
fomenta la formación de las fi bras del tejido conjuntivo, colágeno y elastina.
De este modo, el tejido se mantiene terso y elástico.
Para poder desarrollar su efecto
en el organismo de forma optima, el dióxido de silicio debe encontrarse en su
forma coloidal. Esto es, como mezcla de agua con partículas sólidas muy
pequeñas de silicio, con lo que se consigue un estado entre sólido y líquido.
Debido a su pequeño tamaño, las partículas de silicio se absorben rápidamente,
llegando al torrente sanguíneo de manera muy eficaz. La ingesta de ácido silícico
debería realizarse a través de la nutrición, pero debido a la creciente
carencia de nutrientes en nuestros suelos y a los hábitos alimenticios
inadecuados, se aconseja tomar el ácido silícico en forma de complemento
alimenticio.
Beneficios del ácido silícico
De entre todos sus benefi cios
podríamos destacar los siguientes:
- Es una sustancia básica y nutritiva para nuestros tejidos y huesos.
- Mantiene elásticos los vasos sanguíneos.
- Fomenta la formación de cartílago y ayuda en las molestias de las articulaciones, tendones y ligamentos.
- Ayuda a mejorar el ardor de estómago.
- Ayuda en los trastornos digestivos.
- Refuerza las uñas: más resistentes y menos quebradizas.
- Proporciona humedad y flexibilidad a la piel.
- Mejora los problemas de piel como celulitis, acné, arrugas y rojeces.
- Refuerza el cabello y le confiere brillo.
- Estimula el metabolismo celular.
Propiedades
Es
evidente que son muchos y muy diversos los beneficios que este mineral
-eso sí, en su forma orgánica- puede aportar a nuestro organismo y de
ahí la importancia de ingerir suficiente cantidad a través de la
alimentación.
- Fortalece los dientes, uñas y el cabello.
- Recupera la elasticidad de la piel.
- A nivel externo se puede aplicar en quemaduras, llagas y heridas que cicatrizan mal. También se fabrican cremas que ayudan a calmar el dolor y la inflación.
- Es terapéuticamente eficaz.
- No es tóxico y es hipoalergénico.
- Carece de efectos secundarios nocivos y contraindicaciones.
- Puede ser usado incluso por bebés y mujeres embarazadas.
- Es completamente asimilable por el organismo humano.
- Fortalece las defensas y el sistema inmune.
- Actúa en la totalidad del organismo reequilibrando las deficiencias.
- Contribuye a la remineralización y restitución del capital óseo y cartilaginoso.
- Reestructura las fibras de elastina y de colágeno.
- Disminuye los niveles de colesterol.
- Actúa eficazmente sobre la hipertensión.
- Es un potente antiinflamatorio y analgésico.
- Acelera la cicatrización.
Ácido silícico y piel
Muchas veces buscamos los motivos
de una piel envejecida y arrugada, de un cabello sin brillo y despuntado o de
unas uñas quebradizas, y pensamos que la culpa la tiene la epidermis, la capa
externa de la piel. Entonces intentamos solucionar el problema con cremas y
mascarillas, pero a menudo los resultados son poco duraderos. La causa se
encuentra un poco más adentro, en las capas de la piel en las que se encuentra
el tejido conjuntivo. Al reforzarlo con un aporte de ácido silícico, mantenemos
la piel más tersa y, gracias a que el tejido conjuntivo está en buenas
condiciones, podemos suministrar el agua y los nutrientes necesarios a los
cabellos y uñas, manteniéndolos en buen estado. Un aporte de ácido silícico
confi ere más elasticidad, resistencia y fi rmeza al tejido, con lo que podemos
minimizar también el efecto de la celulitis.
Silicio inorgánico u orgánico
La terminología inorgánico y
orgánico proviene de la nomenclatura básica de química. Una sustancia
inorgánica es aquella que en su estructura no contiene ningún átomo de Carbono
(C). Así pues, serán inorgánicas las siguientes sustancias:
- Cloruro sódico (sal): NaCl.
- Dióxido de silicio (silicio
inorgánico): SiO2.
Por el contrario, una sustancia
orgánica es aquella que en su estructura contiene algún átomo de Carbono (C).
Así pues, serán orgánicas las siguientes sustancias:
- Etanol (alcohol): CH3-CH2OH.
- Silanol (silicio orgánico):
CH3Si(OH)3.
Hay que tener en cuenta que
orgánico no es sinónimo de natural.
La Unión Europea, en su
Reglamento 1170/2009 del 30 de noviembre de 2009, ha elaborado una lista con
las vitaminas y minerales autorizadas para ser utilizadas como complementos
alimenticios. En este listado aparecen como únicas sustancias permitidas que
pueden aportar silicio a nuestro organismo las siguientes formas: dióxido de
silicio, ácido silicio en forma de gel y ácido ortosilícico estabilizado con
colina, es decir, tres formas diferentes de silicio inorgánico.
DEPORTISTAS
Con
el ejercicio físico nuestro cuerpo se resiente y nuestras
articulaciones en muchos casos acaban acusando los excesos llevados a
cabo con el deporte. Es importante que tomemos medidas al respecto, por
lo que en muchos casos hay que buscar una ayuda extra como puede ser el silicio orgánico.
El silicio orgánico es un principio activo que ayuda a mantener una buena forma general.
Actúa reconstruyendo las membranas celulares. Las vuelve más
resistentes a la oxidación producida por los radicales libres. Pero
además posee muchos más beneficios.
Hasta hace más bien poco no se han empezado a conocer las verdaderas
propiedades del silicio orgánico, y es que estudios recientes han
demostrado que es un buen aliado para que nuestro organismo metabolice adecuadamente el fósforo, el magnesio y el calcio.
Tal es el caso que es capaz de eliminar progresivamente el calcio
adherido a las paredes vasculares, y permitir que se deposite en los
huesos.
Con su ingesta conseguiremos una mayor elasticidad en
nuestros tejidos y articulaciones, y es que el silicio es un componente
esencial en cartílagos y en los tejidos articulares, pues los dota de
consistencia. Es por esto que es importante que dotemos a nuestro cuerpo
de esta sustancia.
Concretamente en el caso de los deportistas que
tienen un mayor desgaste articular debido a la presión que el desarrollo
del ejercicio produce sobre estas.
Además, el silicio orgánico ayuda a que nuestros tejidos se mantengan más jóvenes,
protege nuestros ligamentos, conserva la salud en uñas, cabello y piel
manteniéndola joven y suave. Algunos de sus efectos medicinales son la
recuperación de fracturas y la lucha contra la desmineralización de los
huesos así como ayudar en el tratamiento de afecciones cutáneas como
ampollas, quemaduras solares…
Podemos encontrarlo en centros especializados, herbolarios y tiendas
de nutrición deportiva. Se presenta en forma de jarabe o en cápsulas.
Se puede tomar durante largos periodos de tiempo y no se conocen efectos
secundarios. No hay que olvidar que el silicio es un complemento por lo que nunca debe sustituir una alimentación sana.
El silicio es un mineral esencial
para que podamos vivir y muy recomendable para proporcionarnos bienestar.
Aunque la utilización del
silicio viene de la época de las civilizaciones del antiguo Egipto sus
auténticas cualidades terapéuticas no llegaron hasta mediados del sigo pasado
con el descubrimiento del silicio orgánico y las posibilidades de su
asimilación por vía oral.
Puede ser usado incluso por
bebés y mujeres embarazadas.
PROPIEDADES DEL SILICIO
ORGANICO
Promueve la producción
de colágeno y elastina, tan importantes para el buen funcionamiento de
muchos órganos de nuestro cuerpo. El colágeno proporciona principalmente
resistencia y lo encontramos en los cartílagos de las articulaciones, tendones,
uñas, piel, cabello y ojos, entre otros. La elastina les aporta elasticidad a
tejidos que sufren ciclos repetidos de expansión-relajación, como los pulmones,
los tendones, la piel, los músculos, etc.
Impulsa la formación de
linfocitos, células esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro sistema
inmunitario.
El silicio organico es
también un potente regenerador celular, equilibrador de la acidez de la
sangre y favorece la correcta asimilación del calcio, del magnesio y la
vitamina D.
El silicio organico
sirve de inestimable ayuda a personas con artrosis, artritis, osteoporosis,
menopausia, hipertensión, envejecimiento prematuro, etc.
Estudios muy actuales
aseguran que el déficit de silicio está muy relacionado con el envejecimiento
y sus síntomas más generales como la pérdida de humedad en la piel (y sus
consecuencias más visibles como arrugas y líneas de expresión) y problemas
en articulaciones, músculos y huesos.
OTRAS PROPIEDADES DEL
SILICIO ORGANICO
disminuye
el dolor y la inflamación
aumenta la mineralización ósea en la osteoporosis
mejora el funcionamiento de las arterias y del sistema cardiovascular en general
mejora la textura y resistencia de la piel
refuerza la membrana celular tratando los desequilibrios electroquímicos en traumatismos y lesiones deportivas acelera la cicatrización de heridas, quemaduras y llagas tanto por vía oral como en uso tópico no tiene contraindicaciones ni efectos secundarios nocivos
fortalece el sistema inmunológico
baja el colesterol
regula la hipertensión
aumenta la mineralización ósea en la osteoporosis
mejora el funcionamiento de las arterias y del sistema cardiovascular en general
mejora la textura y resistencia de la piel
refuerza la membrana celular tratando los desequilibrios electroquímicos en traumatismos y lesiones deportivas acelera la cicatrización de heridas, quemaduras y llagas tanto por vía oral como en uso tópico no tiene contraindicaciones ni efectos secundarios nocivos
fortalece el sistema inmunológico
baja el colesterol
regula la hipertensión
EL SILICIO EN LOS SERES HUMANOS
El análisis de las cantidades de
silicio presente en el cuerpo humano ha sido objeto de numerosos estudios y se
ha ido precisando conforme a las técnicas de medición así lo han permitido.
Commúnmente se encuentran algunos
miligramos de silicio por cada 100 gramos de tejido humano. El silicio se
encuentra notablemente en el tejido conjuntivo, en la aorta y en los vasos
sanguíneos, en los cartílagos, en el timo y las adrenales, en el hígado, el
bazo, el páncreas, la piel, las uñas, el cabello, etc...
Sin embargo lo más importante no
es la presencia cuantitativa del silicio sino la manera como se presenta el
silicio en nuestros tejidos, y el rol potencialmente básico que juega en
nuestro organismo. Investigaciones recientes realizadas en los EEUU, han
llevado a formular la tesis de que en condiciones especiales el silicio podría
comportarse de forma similar al carbono. Como todos sabemos la química del
carbono está la base de la vida y este constituye un compuesto básico para los
seres humanos. La tecnología química moderna ha logrado crear compuestos
poliméricos del silicio casi idénticas a las proteínas lo cual permite
establecer, al menos teóricamente, que a partir del silicio pueden originarse
formas vivas, (aunque no en las condiciones climatológicas que primaban en la
tierra cuando le dio el origen de la vida) (Kervran 1986). La importancia
peculiar del silicio radica pues en que se trata de un mineral con una
estructura especial y enlaces similares a los de carbono, por lo cual, la
química del silicio constituiría un basamento tan importante para la vida como
la química del carbono.
No sin razón Jean Calcagni (1984)
señala que uno no puede dejar de pensar, teniendo a la vista de presencia
universal del silicio, su analogía con el carbono y el modelo de la diatomeas,
en formular la tesis de una importancia decisiva del silicio para los procesos
metabólicos y para la vida celular en los animales superiores. De hecho, esta
idea había sido señalada tempranamente por diversos autores, entre ellos Louis
Pasteur. Tomemos como ejemplo a la autora A. Mary, quien basada en
consideraciones biológicas, escribía ya desde 1910:
" El silicio (...) nos
parece destinado en el futuro, a jugar un rol terapéutico muy extenso, no
debemos dejar de utilizarlo, ya sea en pociones sea en inyecciones hipodérmicas
(lo disponible en aquel entonces). Bajo esta última forma, puede activar
notablemente la fagocitosis, contribuir a la mineralización del suero sanguíneo
y de los órganos debilitados, y regenerar las células al excitar la ósmosis. Y
añade que podría utilizarse ventajosamente en la calcificación de lesiones
antiguas y en el tratamiento de supuraciones rebeldes. Su acción, sea
preventiva, sea curativa - concluye la autora- se deduce naturalmente de sus
propiedades físico- químicas, de su constancia y de su rol osmótico en la
célula organizada" (citado por J. BOUDARD, 1919).
La experiencia posterior ha
demostrado el carácter polivalente de la silicoterapia. Especialmente los trabajos
de Duffaut sobre más de 50.000 pacientes han puesto en evidencia lo atinado de
estas previsiones. En efecto, según veremos, el silicio orgánico se muestra
altamente eficiente en un gran número de patologías. Y aunque hace falta
investigación por establecer su modo de acción existen ya diversos avances al
respecto.
En este sentido hablaba Rudolf
Steiner, creador de la antroposofía, insistiendo en que el silicio constituye
de alguna manera la bisagra entre la dimensión física y la dimensión etérica o
energética de los órganos. Es más, según Steiner existe una analogía entre el
cuerpo físico y el cuerpo energético, de suerte que en cada célula existe una
estructura vibratoria microcristalina en conexión con el material genético
(citado por Kieffer, 2000). Como todos sabemos el silicio en sus formas más
puras como el cristal de cuarzo es un gran conductor de energía como lo
demuestra su uso en los micro componentes electrónicos. Al parecer, en nuestro
organismo este elemento mantiene esa función.
EL APORTE DE SILICIO
La mayoría de los nutriólogos
considera que la dieta satisface la necesidad de este material, sin embargo
autores como el Dr. Atkins, citan opiniones en contrario como la de Forrest H.
Nielsen, director del Centro de Investigación de Nutrición humana en los
Estados Unidos (Atkins, 1999). En efecto, podemos afirmar sin temor a
equivocarnos que la dieta moderna genera una carencia generalizada de silicio.
Veamos porqué:
Veamos porqué:
Los alimentos ricos en silicio
son:
La avena, el mijo, la cebada, el
arroz (todos ellos integrales), las patatas, la remolacha, la alfalfa, la soja,
vegetales verdes, etc..., siendo las fuentes más ricas de la alimentación
humana los cereales integrales. En promedio la alimentación aporta unos 30 mg
al día de silicio.
La dieta moderna basada en
alimentos refinados, con un bajo consumo de vegetales, con suelos empobrecidos
y animales de crianza industrial, genera una inexorable disminución del
contenido de silicio en los tejidos humanos. (Carlisle, 1974).
El estudioso norteamericano W.A.
Price ha demostrado que la alimentación de los pueblos primitivos contiene
cuatro veces más minerales que la dieta industrializada moderna (citado por
Heinz Scholz, 1987).
Y a esto debemos añadir, según lo
refiere Calcagni (1984), que la mayor parte del silicio aportado por los
vegetales lo es bajo la forma de cristales de opalina (inorgánico) y que, en
una oveja por ejemplo, de los 40 mg aportados al día, por el forraje solo el
0,016% permanece en sus tejidos.
Otra fuente tradicional del
silicio era el agua, pero el uso de sales de aluminio en los procesos de
potabilización en las grandes ciudades elimina las ya de suyo pequeñas
cantidades de silicio presentes al agua.
Por último, hay que recordar que,
al contrario de lo que ocurre con otros minerales, conforme envejecemos
desciende el contenido de silicio en nuestros tejidos (Kieffer 2000).
A esto se aúna al hecho de que
los humanos no podemos transformar en silicio orgánico el silicio mineral que
mayoritariamente aportan los vegetales
Todo lo anterior permite afirmar
que la complementación con silicio es hoy en día una necesidad generalizada,
como lo demuestra la eficacia de su aplicación terapéutica en muchas de las
enfermedades típicas de la civilización moderna.
VARIACIONES DEL CONTENIDO DE
SILICIO EN LOS TEJIDOS CORPORALES
Amén del problema actual
representado por un aporte de silicio en nuestra alimentación, los niveles de
este elemento en el organismo pueden variar por diversas causas:
Según el sexo:
Gohk y School (citados por
Desmonty 1988), observaron un 35 % menos de silicio en el tejido muscular de la
mujer que en el del hombre (¿ una posible explicación del diferencial del
potencial de fuerza muscular entre los sexos?) * Charnot y Perez (ibid)
observaron lo inverso en las ratas: las hembras adultas tienen tasas más
elevadas que los machos.
Según la edad:
Monclaux (citado por Desmonty
1988) ha señalado un descenso general de los niveles de silicio en el cuerpo en
el curso del envejecimiento. Así, por ejemplo, la tasa de silicio en los
tejidos tegumentarios disminuye un 30 %, en la pared aórtica estudiada
detenidamente por LOEPER (citada por Fourtillan 1971) se encuentra una tasa de
silicio 4 veces más elevada en los niños que en las personas de edad. James
Duke (1998) señala que con la edad y el descenso de los estrógenos disminuye la
absorción del silicio lo cual a su vez determina la tendencia a la
descalcificación potencialmente típica de la menopausia.
Con la edad disminuye la
absorción intestinal del silicio (Desmonty 1988). Charnot y Perez (citados por
Desmonty 1988) constataron que en las ratas se produce una reducción del
contenido de silicio en el tejido ungueal, intestinal y gingival en el curso
del envejecimiento siendo peor en las hembras. La tasa de silicio de la aorta,
el timo y la piel en los humanos, decae con la edad (Murray 1996).
En ciertas patologías
En la tuberculosis se produce una
pérdida acelerada del silicio contenido en el organismo (lo cual condujo
diversas experiencias terapéuticas con silicio en estos casos desde los albores
del siglo XX.
En el cáncer, Remmets (citado por
Desmonty 1988) ha constatado un descenso significativo de la tasa de silicio en
el tejido conjuntivo (ver más adelante).
En la ateroesclerosis
En la aorta y las arterías
afectadas por placas (ateroesclerosis) encontramos de 14 a 20 veces menos de
silicio que en las arterías normales.
Este déficit afecta sobre todo
las capas llamadas intima y media (Desmonty 1988).
Recordemos que el silicio le
confiere su flexibilidad a las arterias.
En patologías óseas
En primer lugar debemos resaltar
que al comienzo de los procesos de desmineralización es la tasa de silicio lo
que decae brutalmente: hasta un 50 % mientras que la del calcio y el azufre
sólo caen en un 5 a 8% (Desmonty 1988). En diversas patologías óseas se
constata una pérdida progresiva del silicio por parte del hueso: osteomalacia,
tuberculosis ósea, osteosarcoma, (no confundir con los padecimientos muy
numerosos, en los cuales la carencia de aporte, mala absorción o deficiente
metabolismo del silicio terminan afectando a los tejidos osteoarticulares).
LA ABSORCIÓN DEL SILICIO
Al parecer se absorbe básicamente
por el duodeno. Sin embargo hay que hacer notar que en la forma orgánica el
silicio es fácilmente absorbido a través de la piel, como lo demuestran los
trabajos desarrollados durante años por Duffaut con moléculas de uso cutáneo.
Con la edad disminuye la absorción intestinal del silicio.
FOURTILLAN, Jean Bernard; Estude
Chimique et pharmacodynamique de quelques derivés organosilicies hidrosolubles,
tesis para obtener el título de Dr. En Farmacia, presentada el 1º de octubre de
1971 en la universidad de Burdeos en Francia.
La eliminación del silicio:
Normalmente ocurre por vía renal
y heces fecales, pero también perdemos silicio a través de otros tejidos; al
cortar el cabello, las uñas, en las mucosidades, etc...
La regulación del metabolismo del
silicio:
Charnot y Perez (citados por
Desmonty, 1988) estudiaron la regulación endocrina del metabolismo del silicio,
de su absorción intestinal y su fijación en determinados tejidos (uñas,
dientes, encías) en ratas de ambos sexos.
Los experimentos consistieron en
estudiar animales a los cuales se les habían extraído los ovarios, o las
tiroides o las adrenales. Estos investigadores dejaron claro que el metabolismo
del silicio está influido hormonalmente:
En los machos los esteroides de
la suprarrenal juegan un papel importante
En las hembras los esteroides de
las gónadas y las hormonas de las suprarrenales
En las hembras disminuye
severamente (50 %) la tasa de silicio en el plasma al extraer los ovarios
En ambos sexos el envejecimiento
(al parecer debido al deterioro glandular) disminuye la tasa de silicio. Lo
cual a su vez agrava los procesos de envejecimiento y la degeneración glandular
pues el silicio (según veremos) es importante para la salud glandular.
Se ha confirmado que la tasa de
silicio en los tejidos disminuye en las mujeres con la esterilización o durante
la menopausa (Charnot, A. 1971)
EL SILICIO ES UN MINERAL ESENCIAL
Sólo recientemente (1972) se ha
reconocido al silicio como esencial (Murray, 1996). El silicio forma parte de
los oligoelementos, es decir los elementos minerales que a pesar de presentarse
en pequeñas cantidades en el cuerpo son, sin embargo, indispensables para la
salud y la vida. Hasta ahora se han identificado 13 oligoelementos esenciales
(Scholz, 1987): silicio, vanadio, molibdeno, magnesio, hierro, cobalto, níquel,
cobre, zinc, selenio, estaño, yodo y flúor.
Un oligoelemento (o un mineral)
es considerado esencial si:
su carencia produce una
alteración funcional en el organismo
si su presencia es importante
para el desarrollo
si los síntomas patológicos
generados en los diversos tejidos se asocian con una disminución de dicho
elemento en esos tejidos.
Si se observa un retorno al
normal funcionamiento orgánico y una normalización del desarrollo después de
aportar (en cantidad y calidad adecuados) el elemento faltante (Tolonen 1995;
Calcagni 1984)
LA CARENCIA DE SILICIO
Como ya vimos la carencia
generada por un bajo aporte de silicio suele ser mucho más común de lo que se
cree dadas las alteraciones típicas de la dieta industrializada moderna.
Los efectos de una carencia de
silicio:
Retraso del crecimiento
Huesos frágiles
Piel deshidratada
Acné
Tendencia a abscesos y fístulas
Furunculosis
Amigdalitis
Deficiencia intelectual
Conjuntivitis
Caries dentales
Fragilidad y/o caída del cabello
Uñas frágiles y opacas
Tendinitis
Fibrosis
Flacidez articular
Patologías coronarias
En la tuberculosis y el cáncer se
ha
confirmado la falta de silicio
Alteraciones osteoarticulares y
del tejido de sostén
Bajada de las defensas
Problemas bronco pulmonares
Y la lista podría crecer
enormemente, pero resultará más instructivo para los lectores retornar este
tema conforme expongamos las funciones y los alcances terapéuticos del silicio
por órganos y por sistemas.
LAS FORMAS MOLECULARES DEL
SILICIO Y SUS EFECTOS EN EL CUERPO HUMANO
Dentro de la historia y el uso
del silicio debemos distinguir varias formas:
El silicio en forma mineral,
inorgánico, cuyos efectos debemos subdividir en dos: en dosis elevadas es
tóxico, en dosis infinitesimales es terapéutico
El silicio vegetal, (la cola de
caballo ha sido la fuente más común).
El silicio de fuentes animales,
(la membrana interna del cascarón del huevo es rica en silicio orgánico pero se
requieren enormes cantidades de huevo para poder fabricarlo)
Las moléculas sintéticas de
silicio:
Diferentes investigadores a lo
largo de los años han desarrollado distintas presentaciones del silicio con más
o menos éxito (silanos, ácido salicílico, extractos de plantas o de algas o de
huevo, etc...)
La molécula Norbert Duffaut:
Esta molécula orgánica de
silicio, desarrollada y perfeccionada por más de 50 años, constituye sin lugar
a dudas la forma actualmente más eficaz y poderosa del silicio y resulta
totalmente inocua, lo cual no se puede afirmar de todas las demás formas pues
en algunos casos contienen silicio inorgánico lo cual las hace menos activas e
inclusive lesivas, sobre todo para los riñones.
Como lo señala Daniel Kieffer
(2000), fundador del Colegio Europeo de Naturopatía Tradicional Holística,
"ninguna otra forma de silicio, hasta donde sabemos, resulta tan eficaz y
polivalente"
LA COLA DE CABALLO (Equisetum
Arvense)
Esta planta es uno de los
vegetales más ricos en silicio, (5 a 77 %) presente bajo la forma de ácido
monosilícico (PDR,2000) que resulta parcialmente soluble (una décima parte,
según Kieffer 2000)
La cola de caballo ha sido
aprobada por la Comisión E* (organismo científico del gobierno alemán que ha
generado la legislación sobre el uso de plantas medicinales en ese país
basándose en una revisión exhaustiva de los estudios científicos, actualmente
disponibles) para tratar infecciones urinarias, piedras en los riñones y de la
vejiga, heridas y quemaduras. Pero se le han atribuido tradicionalmente
numerosas aplicaciones: diurética, hipotensora, anticolesterol, calcificante,
antiinflamatoria, astringente, antiséptica, antiulcerosa, etc...
Hay que señalar, que sus
indicaciones dependen no sólo de su riqueza en silicio sino también de su
elevado contenido de flavonoides.
Debemos añadir aquí un comentario
interesante de Daniel Kieffer (2000) sobre el uso de la cola de caballo como
fuente de silicio: " la cola de caballo presenta un tejido en forma de
filamentos cuyas dimensiones alcanzan 950 micras por 30 micras, es decir, una
superficie de 28500 micras cuadradas y de plaquetas transparentes de 300 micras
por 100 micras, lo cual da una superficie de 30000 micras cuadradas. (se trata
del tamaño de una célula!!) uno concibe mal como una partícula semejante puede
ser asimilada por una célula del mismo tamaño (salvo si una relativa
solubilización interviene en el curso de un metabolismo intermediario, lo cual
parece ser el caso y la única forma de explicar los resultados obtenidos en
fitoterapia)."
Este mismo problema presentan los
brotes de bambú - también ricos en silicio- pero en un grado más alto pues se
componen de grandes cristales de baja solubilidad, que pueden generar piedras
renales (kieffer 2000).
LOS EFECTOS TOXICOS DEL SILICIO
MINERAL
Se sabe que respirar polvo de
silicio genera fibrosis pulmonar.
Pero los datos más minuciosos
respecto de los efectos nocivos de las formas tóxicas del silicio provienen de
la experimentación patogénica adelantada por los homeópatas.
ANTECEDENTES DEL USO TERAPÉUTICO
DEL SILICIO
El silicio forma parte de los más
antiguos remedios y se encuentra mencionado ya en los papiros egipcios. Santa
Hildeganda (siglo XII) usaba el cristal de roca con diversos fines. Después de Paracelso
(siglo XVI) cayó en el olvido y fue recuperado por Hanneman (siglo XIX) quien
desarrolló uno de los medicamentos más utilizados por los homeópatas: Silicea,
Schussler, también incluyo el silicio en su famoso sistema terapéutico. A
comienzos del siglo XIX diversos estudios tanto en humanos como en animales.
Sin embargo, aunque ya se preveía
la potencialidad terapéutica de este elemento, a lo largo de los siglos los
terapeutas, los herboristas y los científicos siempre se toparon, como ya dije,
con un obstáculo difícil de vencer: la obtención de una molécula de SILICIO
ORGÁNICO, única forma en la cual puede realmente alcanzar toda su eficacia y
ser totalmente inocua la aplicación del silicio. Este problema fue resuelto,
por el químico Norbert Duffaut. En lo que sigue abordaré la presentación de
diferentes experiencias terapéuticas con diferentes tipos de moléculas del
silicio, pues en todos los casos se trata de usos válidos para el silicio
orgánico.
Mencionemos en el caso del
silicio mineral, a la famosa Santa Hildegarda de Bingen (siglo XII), herbolaria
y terapeuta de la edad media, quien aconsejaba también los elixires de piedras.
El cristal de roca (hoy sabemos que su acción se debe al silicio) era indicado
para: " la claridad del espíritu, el equilibrio del cerebro, la diabetes, la obesidad, la purificación
de la sangre y de los males humores, los tumores y goitres, las uñas y el
cabello, la esfera cardíaca y digestiva" (Kieffer, 2000).
LA SILICIA EN EL SISTEMA
SCHUSSLER
Nombre y sinónimos: Silicea
Terra, Acidum Silícicum, Silicio, Silex, cuarzo.
Por su parte Schussler
contemporáneo de Haneman utilizó, también en dosis infinitesimales, el silicio
mineral para la terapéutica humana.
Schussler desarrolló un método
terapéutico cercano a la homeopatía por usar dosis infinitesimales de 12 sales,
pero que se alejaba de aquella por basarse no en el principio de los semejantes
sino en el aporte de cada uno según afinidades con diversos tejidos y funciones
del cuerpo. El silicio mineral tendría las siguientes características en la
terapéutica humana según Schussler.
Localización: Se encuentra en
tejido conjuntivo, epidermis, cabello, uñas, cartílagos, sangre, bilis y orina.
Acción general: Remedio del
tejido conjuntivo y de sus alteraciones. Adecuado para constituciones mal
nutridas y que sufren de mala asimilación. Útil para todo padecimiento con
formación de pus cuando se genera en la piel o en inflamaciones del tejido
conectivo.
Actividad fisiológica: actúa como
nutriente mineral, como elemento plástico (formador de tejidos), apoya el
crecimiento y al funcionamiento de los órganos. La silicea, dice Schussler,
envuelve los huesos, las articulaciones, las glándulas, la piel y las
superficies mucosas. Tiene una función antitóxica celular, contribuye a la síntesis
del colágeno, y regula el metabolismo del calcio.
Manifestación de su deficiencia:
uñas frágiles, falta de brillo capilar, cansancio, vértigo, dolores de cabeza
hipersensibilidad al frío.
Indicaciones terapéuticas:
supuraciones, granos, orzuelos, abscesos, ulceraciones, raquitismo, anemias,
agotamiento, arenillas renales.
LA SILICEA EN HOMEOPATIA
En la disciplina de la homeopatía
la acción de los medicamentos es determinada observando los efectos negativos
de una dosis tóxica (en este caso de silicio), para luego administrar dosis
infinitesimales de esa misma sustancia con el fin de que el cuerpo reconozca su
desequilibrio y lo combata.
Sin embargo como lo señala
Desmonty (1988) en el caso de la Silicea esta experimentación patogénica pronto
dio paso a una compilación de síntomas clínicos, es decir los síntomas que en
el proceso terapéutico demostraba mejorar la silicea. No es este el lugar para
presentar detenidamente las amplias indicaciones de la silicea. Podemos sin
embargo presentar un resumen de las mismas:
Alteración de la mineralización
tisular: los problemas del metabolismo del silicio o la carencia del mismo
generan desmineralización tisular, y afectan el depósito de otros minerales
esenciales como el calcio y el potasio que son básicos para huesos y nervios.
Alteración de la integridad del
tejido conjuntivo: carencia de silicio o la alteración de su metabolismo genera
fragilidad del tejido conjuntivo y tendencia a padecimientos supurantes.
Alteración de los mecanismos
generales de defensa (acción primordial del sistema retículo endotelial en los
procesos defensa: La carencia de silicio o su metabolismo empobrecido debilita
las defensas.
Se considera un medicamento de
acción profunda.
Se caracteriza:
Localmente: por alcanzar a los tejidos
ricos en elementos conjuntivos con presencia de supuraciones repetitivas y/o
fenómenos de esclerosis (endurecimiento).
A nivel general: por actuar sobre
el desarrollo estructural , desarrollo del peso y de la estatura, ayudando a
combatir la hipotrofia y la debilitación constitucional tanto física como
psíquica.
Las indicaciones clínicas de la
silicea según la homeopatía:
Problemas de osificación:
Raquitismo, retardo en cerrar la fontanela, torax estrecho, cifosis dorsal y
lordosis lumbar en niños.
Supuraciones localizadas: La
silicea es considerada en homeopatía como el medicamento rey para las
supuraciones.
Pueden presentarse en la piel,
las mucosas, los ganglios, el aparato genitourinario, los bronquios y los
pulmones, los huesos, los ojos, los oídos, la nariz, la garganta, pus fétido.
Tendencia a fisuras
Las supuraciones se pueden
asociar con fatiga y frilosidad
Fatiga intelectual: La silicea se
aplica muy bien a los individuos desgastados por un trabajo intelectual intenso
y prolongado, que pueden presentar fatiga física, problemas de memoria,
sudoraciones y frilosidad. También resulta indicada para fatiga infantil.
Para el caso de cuadros
supurantes la Dra. Desmonty, de quien hemos tomado estos datos, señala las
siguientes indicaciones del uso de la silicea:
Ojos; Inflamación ocular,
conjuntivitis crónica, perforación y abscesos de la cornea, orzuelos, abscesos
Oídos; Otitis de repetición,
otorreas crónicas fétidas, catarro de la trompa de Eustaquio.
Nariz y garganta; Rinofaringitis
de repetición, rinitis crónica, sinusitis crónica, amigdalitis de repetición.
Bronquios y pulmones; Bronquitis
crónica, asma crónica (con expectoración pulmonar), abscesos de los pulmones,
tuberculosis.
Aparato genitourinario;
Infecciones urinarias crónicas, prostatitis supurante, infecciones genitales
crónicas de la mujer, abscesos de los senos, problemas cutáneos crónicos del
perineo (abscesos y fistulas)
La piel; Abscesos, úlceras
varicosas, ganglios inflamados, fístulas supurantes, impétigo infectado,
piodermitis, ántrax.
Eliminación de cuerpos extraños:
La silicea ayuda a eliminar
cuerpos extraños retenidos en los tejidos al promover la supuración
Por supuesto que todas estas
indicaciones así como aquellas expuestas más atrás sobre las sales Schhussler,
se refieren al uso del silicio en su forma inorgánica a dosis infinitesimales,
y en el caso de la homeopatía la dosificación y el grado de dinamización de la
silicea modifica sus efectos. Sin embargo, se puede afirmar que todas estas
indicaciones caen dentro del campo de las aplicaciones del silicio orgánico,
cuya dosificación es sumamente baja.
Esta equivalencia adquiere mayor
solidez si consideramos el hecho de que en la homeopatía se ha observado
sistemáticamente que " las dosis infinitesimales de minerales
constitutivos del organismo tiene el poder de reparar el metabolismo alterado
de dichos minerales" (H. Duprat, citado por la Dra. Desmonty). Dicho de
otro modo: las indicaciones clásicas del medicamento silicea, extraídas de la
experiencia clínica acumulada por décadas en la homeopatía, estarían señalando
los efectos benéficos que se obtienen al optimizar el metabolismo del silicio
en el cuerpo humano. De este modo, podemos afirmar que las observaciones
acumuladas por la homeopatía, Schussler y otros sobre el medicamento Silicea
nos hablan del papel terapéutico del silicio en nuestro organismo.
GEOFAGIA (comer tierra)
La doctora Desmonty finaliza su
minuciosa revisión de las indicaciones sobre la Silicea con una breve
observación sobre la geofagia. Este problema consiste en el gusto por ingerir
tierra y puede desembocar en el curso de los años en diversos problemas:
Anemia (por sustancias quelantes
del hierro presentes en la tierra como silicio inorgánico)
Retardo del crecimiento
Retardo del desarrollo sexual
Crecimiento del hígado y del bazo
(De los tres últimos síntomas no se conoce explicación)
Al corregirse la anemia y
detenerse la geofagia los síntomas desaparecen y el crecimiento se normaliza.
Existen diversas explicaciones sobre esta patología. La Dra. Desmonty apoya la
opinión de quienes señalan que los daños podrían derivar del consumo crónico de
silicio inorgánico presente en la tierra, y que el uso de la silicea a dosis
infinitesimales podría resolver el problema.
LAS FUNCIONES VITALES DEL SILICIO
Y SUS ALCANCES TERAPÉUTICOS (POR ORGANOS Y POR SISTEMAS)
En los pasajes siguientes
presentaré información generada a partir de experiencias realizadas en el mundo
científico con diferentes moléculas de silicio.
ROL CONSTITUTIVO DEL SILICIO EN EL
TEJIDO CONJUNTIVO
La exposición de las funciones
vitales y terapéuticas del silicio orgánico debe comenzar por la explicación de
su papel al igualar del tejido conjuntivo, pues de ahí derivan gran parte de
sus alcances terapéuticos.
El silicio aparece como parte
importante de las estructuras que componen el tejido conjuntivo como son el
colágeno, la elastina, los proteoglicanos y glucoproteínas estructurantes. En
1968 Loeper observó la abundancia del silicio en los proteoglicanos: era del
orden de 400 a 550 mg por cada 1000 gr de tejido seco (Loeper J. Y Leumpert a.
"Estude du silicium en biologie et au cours de l´atherome", Presse
Med. 1966, 74-85, 868).
Antes de pasar a exponer estas
funciones vale la pena recordar brevemente las características básicas del
tejido conjuntivo, lo cuál nos dará ya una idea de la importancia y los
alcances terapéuticos del aporte del silicio orgánico.
EL TEJIDO CONECTIVO
Recordemos que los tejidos del
organismo componen a todos los órganos. La ciencia moderna clasifica en 4
grupos los tejidos corporales:
- Epitelial
- Conectivo
- Muscular
- Nervioso
El tejido conectivo cumple
numerosas funciones de vital importancia:
De sostén para otros tejidos
De movimiento
De nutrición para otros tejidos
De englobamiento o empaquetado de
materiales en los espacios existentes entre los órganos
De defensa del organismo a través
de la fagocitosis (ANATONMIA Y FISIOLOGIA HUMANA DE Jacob Francote Lossow, ED.
INTERAMERICANA, MEXICO, 1982. Fagocitosis: del griego fagos, devorar,
constituye una de las funciones defensivas básicas, desplegada por los glóbulos
blancos capaces de devorar agentes extraños a la economía corporal). Y la
producción de anticuerpos (Anticuerpos: son proteínas especializadas producidas
por el tejido linfoide que tiene la capacidad de ligarse a los elementos
extraños al organismo (bacterias, virus, etc...) y comenzar la reacción
defensiva en contra de dichos elementos).
El tejido conectivo se compone de
un lado, de abundantes sustancias extracelulares y del otro, de células, los
fibrositos, encargados de producir dichas sustancias, de asegurar su
mantenimiento y su degradación. El componente extracelular del tejido conjuntivo
o conectivo, se denomina matriz y varia en tipo y en cantidad. Dicha variación,
entre otras cosas, genera las diferentes clases del tejido conectivo que
encontramos en el cuerpo. La matriz del tejido conectivo se compone a su vez de
fibras repartidas al interior de una sustancia fundamental amorfa.
LAS FIBRAS
Las fibras (compuestas de
glucoproteínas) se clasifican según el tipo de macromoléculas que las componen,
lo cual determina a su vez sus propiedades:
Fibras de colágeno: el colágeno
es una proteína fibrosa, presente en todos los vertebrados y que en los
mamíferos constituye el 25 % de su peso.
Las fibras colágenos - la más
amplia presencia en el cuerpo- son muy elásticas y dan a los tejidos su
resistencia a la tensión, como en los tendones, por ejemplo. Estas fibras se
conforman de haces de fibrillas, compuestas por cúmulo de moléculas de
colágeno. El colágeno está compuesto por aminoácidos y son los enlaces entre
los mismos lo que da su estabilidad a sus fibras.
Al absorber la molécula básica de
colágeno en el microscopio electrónico se logra ver un largo filamento llamado
tropo colágeno, se conforma de 3 cadenas de aminoácidos enrollados entre sí en
forma de hélice. Cada cadena a su vez está enrollada para formar una cuerda, y
existen enlaces que forman estas cuerdas. Los filamentos de tropo colágeno
miden 28 nanómetros de largo y 5mm de grueso.
De acuerdo con Desmonty (1988) ES
EL SILICIO EL QUE PROPORCIONA LOS ENLACES COVALENTES QUE LE DAN ESTRUCTURA AL
COLAGENO, (señalamos de paso que la deficiencia de vitamina C también genera
trastornos del colágeno).
Fibras elásticas: como su nombre
lo dice pueden estirarse hasta alcanzar varias veces su tamaño y regresar
rápidamente a su dimensión inicial. Este tipo de fibras dan electricidad y extensibilidad
a los tejidos. Esto resulta vital en los tejidos que deben extenderse y
contraerse para cumplir sus funciones tal y como las grandes arterias.
Las fibras elásticas están
constituidas principalmente de una proteína llamada elastina. La elastina a
diferencia del colágeno y la sustancia fundamental es insoluble.
TAMBIÉN LA ELASTINA ES RICA EN
SILICIO EL CUAL INTERVIENE DÁNDOLE SU ARQUITECTURA A LAS FIBRAS DE ELASTINA Y
DETERMINA EL TAMAÑO DE LAS MOLÉCULAS DE ELASTINA (DESMONTY 1988).
Las paredes de las arterias, la
piel y los ligamentos son muy ricas en elastina. Las fibras reticulares: estas
fibras también se componen de fibrillas de colágeno que conforman las fibras de
colágeno. Pero en las fibras reticulares dichas fibras de colágeno conforman una
red laxa y delicada y no haces gruesos. Las fibras reticulares son abundantes
en los tejidos conectivos laxos especialmente en el tejido reticular (ver más
adelante).
LA SUSTANCIA FUNDAMENTAL
Es aparentemente amorfa y
constituye un medio complejo, compuesto de agua, minerales, mucopolisacáridos y
glicoproteínas.
En un medio vicioso, debido a su
estado coloidal. El silicio por su capacidad para restablecer el equilibrio
bioeléctrico del medio es capaz de intervenir regulando la viscosidad de la
sustancia fundamental, lo cual es, a su vez, básico para su buen
funcionamiento.
El tejido conectivo puede
dividirse para su estudio, en tejido conectivo laxo y tejido conectivo denso.
EL TEJIDO CONECTIVO LAXO (TCL)
El TCL llena espacios entre los
órganos y también penetra en ellos, las fibras que lo componen no están
estrechamente entrelazadas. La histología lo clasifica lo clasifica en tres
tipos: areolar, adiposo y reticular.
Tejido aerolar: es el tejido
conectivo más ampliamente distribuido, está conformado a manera de una
estructura flexible atravesada por filamentos múltiples y delicados, es algo
elástico y resiste desgarros. Composición del tejido areolar: el tejido areolar
contiene fibroblastos, macrófagos, leucocitos, células cebadas y células
mesenquimatosas.
Los fibroblastos son las células
capaces de producir fibrillas, actúan de manera importante en los procesos de
cicatrización.
RECORDEMOS QUE LOS FIBROPLASTOS
DEPENDEN DEL SILICIO PARA SU NORMAL FUNCIONAMIENTO.
Los macrófagos son células
capaces de devorar elementos extraños y llevan a cabo esa labor de defensa por
fuera del sistema vascular. A menudo estas células están fijas unidas a las
fibras. EL SILICIO MEJORA LA FAGOCITOSIS. Las células cebadas, se localizan
junto a los vasos sanguíneos y fabrican heparina (un anticoagulante) e
histamina (sustancia proinflamatoria promotora de las reacciones alérgicas). El
silicio, es muy útil para tratar las alergias.
Las células mesenquimatosas, son
células embrionarias que tiene la capacidad de convertirse en diversos tipos de
células del tejido conectivo laxo.
Funciones del tejido aerolar
El tejido areolar es la sustancia
básica de sostén, se distribuye alrededor de los órganos, músculos, vasos
sanguíneos y nervios, forma también la delicada membrana que rodea al cerebro y
la medula espinal y compone la aponeurosis superficial, una vaina de tejido
conectivo que se encuentra en la capa profunda de la piel.
Tejido adiposo: es tejido areolar
especializado que contiene células que poseen grasa (los adipositos)
Tejido reticular: conformado de
fibras reticulares que se diseminan por todo el cuerpo. Sin embargo el tejido
reticular se refiere específicamente a los lugares del organismo donde dichas
fibras coinciden con las células reticulares primitivas mismas que son capaces
de generar macrófagos, que abundan en el tejido reticular. Dicho tejido está
implicado fundamentalmente en la defensa contra las infecciones y en la
distribución de los productos provenientes de la muerte celular. Este tejido
conforma la estructura del hígado, el tejido linfoide y parte de los pulmones.
EL TEJIDO CONECTIVO DENSO (TCD)
El TCD se compone de fibras de
elastina y de colágeno fuertemente adheridas y se clasifica en varios tipos
según su estructura:
Disposición regular de las
fibras; tendones, aponeurosis y ligamentos
Disposición irregular de las
fibras; cápsulas, vainas musculares, dermis (principal capa de la piel).
Predominio de fibras elásticas;
paredes de la tráquea y de los bronquios
Por su importancia para la
conformación de las fibras de colágeno y elastina y para la integridad del
tejido conectivo. EL SILICIO ACTÚA SOBRE TODAS LAS ESTRUCTURAS. El silicio está
indicado para tratar el asma, padecimientos cutáneos, y problemas de tendones,
huesos y cartílagos.
TEJIDO CONECTIVO ESPECIALIZADO
(TCE)
Dentro del TCE tenemos a los
cartílagos y a los huesos, la dentina, la sangre, la medula ósea, y el tejido
linfoide.
El Cartílago
En este tejido se observa una
densa estructura de fibras de colágeno y elastina que le confieren su
elsticidad y resistencia. Existen diversas clases de cartílagos los hay más
rígidos y otros más flexibles. Mencionamos el cartílago hialino que constituye
el precursor de nuestro esqueleto pues a través del proceso de MINERALIZACION
se transforma poco a poco en hueso en muchas partes del cuerpo, PROCESO EN EL
CUAL EL SILICIO JUEGA UN PAPEL ESTRATÉGICO SEGÚN VEREMOS. Otro dato a resaltar,
es que los, cartílagos no poseen vasos sanguíneos y su nutrición depende de la
presencia y el metabolismo del agua en el mismo. También su función lubricante
depende su riqueza en agua. COMO VEREMOS EL SILICIO ES DETERMINANTE NO SÓLO
PARA ASEGURAR LA PRESENCIA DEL AGUA EN LOS CARTÍLAGOS SINO TAMBIÉN SU
METABOLISMO.
LOS HUESOS
El hueso se conforma de una red
de fibras en la cual se depositan sales de calcio. Cuenta con una red vascular
y constantemente se renueva. El silicio, según veremos, es determinante para su
bienestar-
LA DENTINA
La dentina está relacionada con
el hueso, pero es más dura y más densa. La dentina rodea la pulpa, y sobre ella
se deposita el esmalte dental (el tejido más duro del cuerpo); la dentina se
compone de un sustrato orgánico sólido relleno con sales de calcio. Diversas
experiencias han mostrado que EL SILICIO MEJORA LOS DIENTES.
SANGRE Y MÉDULA OSEA
Tanto la sangre como la médula
ósea, encargada de producir las células de la sangre, son parte, especializada,
del tejido conectivo. EL SILICIO ESTÁ PRESENTE EN PEQUEÑAS CANTIDADES EN LA
SANGRE.
TEJIDO LINFOIDE
Este tejido se encuentra en los
ganglios linfáticos, el timo (uno de los órganos más ricos en silicio) el bazo
y las amigdalas. Su estructura se conforma de fibras reticulares entorno a los
cuales se encuentran los linfocitos (pequeños glóbulos blancos que actúan en
las reacciones inmunológicas. Existen dos tipos de linfocitos, los B y los T,
que actúan coordinadamente y de manera muy especializada para identificar y
definir proteínas extrañas al organismo y células cancerosas.
NUMEROSOS TRABAJOS HAN MOSTRADO
QUE EL SILICIO MEJORA LA PRODUCCIÓN DE LINFOCITOS Y LAS REACCIONES
INMUNOLÓGICAS.
PAPEL DEL SILICIO EN EL TEJIDO
CONJUNTIVO
El silicio por sus
características determina la integridad del tejido conjuntivo actuando en
varios niveles:
ROL DE SOSTÉN
ROL TRÓFICO (formación del
tejido)
ROL DEFENSIVO
ROL ENERGÉTICO
ROL DE SOSTÉN
El silicio actúa como cimentador
de los tejidos, por su ubicuidad (está en todos los tejidos) resistencia y los
enlaces estructurantes que es capaz de crear. Además asegura la mineralización
de los tejidos:
A nivel del colágeno (la proteína
más importante del cuerpo y que es usada para formar todas las estructuras de
sostén), el SILICIO conforma su estructura cuaternaría: desprovisto de
cisteína, es el silicio el que proporciona enlaces covalentes que dan
estructura al colágeno.
A nivel de la elastina (otra
proteína estructurante básica) el silicio interviene dándole su arquitectura a
las fibras elásticas y determinando el tamaño de las moléculas de elastina.
Por su capacidad para formar
enlaces covalentes y para mineralizar los tejidos el silicio interviene dándole
estructura y solidez al tejido conjuntivo (Desmonty 1988).
El silicio determina la
formación, la estructuración y mineralización de huesos, tendones, ligamentos y
cartílagos.
ROL TROFICO
El silicio interviene en la
formación y síntesis de componentes básicos del tejido conjuntivo, lo cual se
explica por su acción sobre los glucosaminoglicanos (o mucopolisacáridos
ácidos) contenidos en la sustancia fundamental: son ricos en silicio y están
implicados junto con otros elementos en la formación del tejido conjuntivo y
los cartílagos articulares.
Además el silicio participa en
los procesos en los cuales están involucrados lo mucopolisacáridos:
Crecimiento y mantenimiento del
tejido conjuntivo
Regulación de la mineralización,
del equilibrio iónico del metabolismo, y del agua en dichos tejidos
POR SU ACCIÓN SOBRE EL COLAGENO
El silicio favorece la síntesis
del colágeno (proteína básica para la piel, tendones, ligamentos, huesos y
todos los tejidos del organismo).
POR SU ACCIÓN SOBRE LA ELASTINA
Se ha demostrado que un descenso
de la tasa de silicio en los tejidos se acompaña por un descenso de su tasa de
elastina (esclerosis).
El silicio determina pues la
elasticidad de los tejidos, por lo cual, juega un papel estratégico en la salud
arterial. El mecanismo de acción es múltiple:
El silicio inhibe la producción
de enzimas que destruyen la elastina
El silicio estimula la producción
de sustancias que eliminan las enzimas destructoras de la elastina
El silicio promueve la síntesis
de la elastina por parte de los fibrocitos
ROL ENERGÉTICO
Se ha observado una acumulación
natural de silicio a nivel de las mitocondrias de las células hepáticas por lo
cual el silicio estaría determinando la función hepática en la metabolización
de los carbohidratos. Además se ha sugerido (Williams, citado por Desmonty) que
el silicio interviene en la formación de enlaces ricos en energía en todos los
tejidos. En la literatura sobre la terapéutica con silicio es común la
referencia a su papel antiasténico (quita el cansancio).
ROL EN LA DEFENSA Y EN LA
INMUNIDAD
En la defensa: La omnipresencia
del silicio en el tejido conjuntivo le confiere un rol defensivo. Se ha
observado que el silicio contribuye como agente eliminador de los desechos
orgánicos: ayuda ha excretar ácido úrico, y urea, y actúa como barrera contra
los procesos degenerativos de los tejidos por ejemplo, de la piel (verrugas) de
las arterias (formación de placas), etc...
En la inmunidad: Algunos autores
(Pernis y Paranetto, citados por Desmonty) mostraron un incremento de la
producción de anticuerpos en los conejos que recibían silicio. El incremento
fue de 13 veces. Este efecto dependía de un estímulo de la respuestas por parte
del sistema retículo endotelial del bazo y de los ganglios linfáticos, en los
animales tratados con silicio los ganglios eran más grandes. Por su parte
Elsinger y Schiano (citados por Desmonty) demostraron que el silicio provoca un
aumento significativo de la tasa de linfocitos circulantes, y de
inmunoglobulinas (tipo G), Mancebo y col (ibid) demostraron lo mismo en ratones
para los anticuerpos IgE e Ig G1.
EL SILICIO, EL CRECIMIENTO Y EL
TEJIDO OSTEOARTICULAR
Experimentos sofisticados,
realizados sobre los efectos de la carencia de silicio en ratas y pollos
jóvenes llamaron la atención acerca de las consecuencias de dicha carencia
sobre el desarrollo del tejido conjuntivo y el desarrollo óseo. A partir de ahí
se amplió el estudio de la función del silicio en el tejido conjuntivo, aunque
no sólo abarca funciones de crecimiento y de sostén sino también de defensa,
según veremos más adelante. Veamos algunos estudios (citados por Calcagni
1984):
Una reducción significativa del
crecimiento de las ratas resultaba de un régimen deficiente en silicio. La
estructura del cráneo y la pigmentación de los incisivos se veía afectada. La
adición de 50 mg de silicio por cada 100 gr de alimento corregía los problemas
(SCHWARZ, 1970)
En otro experimento se eligieron
pollos (dado su desarrollo esquelético acelerado). Se les sometió a un régimen
pobre en silicio, y se les dividió en dos grupos uno de los cuales recibía un
suplemento de silicio equivalente a 100 ppm de su dieta (bajo la forma de meta
silicato de sodio). Se observaron notables diferencias entre ambos grupos. En
los pollos exentos del complemento del silicio se produjeron:
Los metatarsianos relativamente
flexibles
Huesos más cortos en las patas
Los huesos de la tibia y del
fémur frágiles
El pico era flexible y faltaban
los carunculos
La cresta poco desarrollada
En su comportamiento eran
esquivos
Tenían un cortex ligero
Tenían en promedio un peso 30 %
menor que los pollos que recibían el suplemento de silicio
Un estudio más detallado de los
huesos y de las crestas de estos pollos en comparación con los mismos tejidos
de aquellos animales que sí recibieron silicio arrojó resultados aún más
interesantes:
Se observaron grandes diferencias
en la composición del hueso, siendo la más significativa una reducción del
contenido de agua en las tibias y los fémures de los pollitos con dieta pobre
en silicio. La deficiencia de agua podía llegar hasta un 35 %. Tomando en
cuenta que el principal componente ligado al agua en los cartílagos es un muco
polisacárido se llevó a cabo, adicionalmente, un estudio de la composición de
los cartílagos de estos animales, se obtuvieron cartílagos de las tibias de los
pollitos, se observó en los animales que sí recibieron un aporte de silicio, no
sólo una mayor cantidad de cartílago sino también una mayor proporción de
hexosamina (un muco polisacárido)(Carlisle). En el estudio de las crestas se
confirmaron estos resultados, las crestas de aquellos animales que sí habían
recibido silicio contenían cantidades más importantes de tejido conjuntivo y de
hexosamina.
EFECTOS DEL SILICIO SOBRE LA
CRESTA DE POLLOS
Por otra parte se observaron
anomalías en la formación del cráneo de los pollos con dieta pobre en silicio,
se producían cambios en la arquitectura craneana y éste se mostraba más frágil
y más pequeño.
Los exámenes con rayos X, y los
estudios histológicos demostraron una disminución de la calcificación, menor
cantidad de colágeno y una trabécula empobrecida (Carlisle). En experimentos
realizados en la Universidad Estatal de Letonia en el Centro de Bioquímica
Experimental, se ha observado que tras la administración de silicio a ratas y a
pollos en edad de crecimiento, este se ha aumentado entre un 25 y un 50 %. Los
descubrimientos acumulados en las últimas décadas del siglo XX han demostrado
que el silicio resulta determinante para el desarrollo ponderal y que se
comporta como catalizador de la fijación por parte del organismo de algunos
oligoelementos como el azufre, el fósforo y el calcio, determinantes para el
desarrollo óseo. Hoy esta claro que el silicio está implicado profundamente en
la formación del hueso, en el completo desarrollo del tejido conjuntivo y del
tejido articular, impidiendo su degeneración y contribuyendo a conservarlos en
los adultos y en los viejos.
EL SILICIO Y LA OSTEOGENESIS
Veamos con más detenimiento la
cuestión del silicio y la osteogénesis.
Los estudios clásicos han sido
los de SCHWARZ y CARLISLE. (Ver bibliografía)
El silicio se presenta en tasas
relativamente elevadas en sitios de calcificación
Al inicio de la descalcificación
el silicio cae brutalmente (hasta 50 %) en contraste con minerales como el
calcio o el azufre que solo caen de un 5 a un 8 % (Desmonty, 1988)
Estudios con electro miografía
por rayos X y punciones sobre huesos de ratas muestran la ausencia casi
completa de silicio en el hueso maduro y su presencia asociada, a bajas
concentraciones de calcio en las zonas de osteogénesis (Desmonty, 1988)
Esta misma autora señala que
experimentos con ratas sometidas desde su nacimiento a un régimen pobre en
calcio demostraran la acción favorable del silicio sobre la mineralización del
hueso, en las ratas suplementadas con silicio residuo de la combustión del
hueso (cenizas minerales), mostraba un peso significativamente mayor que el de
las ratas no suplementadas.
La tasa de silicio se muestra
elevada al momento del proceso inicial de calcificación y después cae de manera
marcadfa al momento en que se incrementa la tasa de calcio y sufre su
transformación en hidroxiapatita (un mineral parecido al mármol y sumamente
resistente)(ibid). La acción calcificadora y mineralizante del silicio ocurría
en estos experimentos, durante las primeras dos semanas de vida al cabo de 5
semanas ya no existía diferencias entre los dos grupos de ratas (ibid). Tolonen
(1995) refiriéndose a la salud humana señala que cuanto más bajo es el aporte
de calcio más importancia adquiere la ingestión del silicio. Algunas
investigaciones han observado que las personas que no consumen suficiente
silicio pueden ver disminuida su densidad ósea (Nielsen, 1991). También se ha
observado el efecto del silicio sobre los dientes:
En un estudio con conejos se puso
en evidencia la mejoría del estado dental, los dientes adquirían una superficie
más lisa, y más regular y brillante que en los animales testigos, y además
presentaban mayor resistencia a la fibra (Faure, citado por Desmonty 1988).
También existe evidencia de que el silicio se concentra en los osteoblastos
(las células formadoras de hueso). Así mismo se ha demostrado el papel del
silicio en la síntesis de los mucopolisacáridos, que conforman la matriz
proteica en la cual se deposita las sales de calcio.
Hay que recordar aquí que el
hueso está básicamente conformado por una matriz proteica y por el depósito en
ella de sales de calcio. La matriz fibrosa le permite al hueso ser flexible y
tolerar la tensión, mientras que sales de calcio depositadas (65 % de su peso)
le dan firmeza y lo capacitan para resistir la presión. En el proceso de
formación del hueso se considera que se producen primero los componentes de la
matriz (proteínas- polisacáridos, y fibras de colágeno) que conforman, gracias
a modificaciones químicas, una estructura ordenada en la cuál se depositaran en
segundo lugar las sales de calcio. (Jacob Francote Losow, 1982). De acuerdo con
los datos ofrecidos hasta aquí podemos afirmar que la importancia del silicio
para la osteogénesis deriva de que interviene tanto en el proceso de la
producción de la sustancia matriz cuanto en depósito de sales en los huesos.
Per además existen datos que permiten señalar que la presencia del silicio
también contribuye a dar forma al tejido de la matriz.
En efecto, el estudio de la
composición de tejidos como los cartílagos, el cordón umbilical, etc... ha
demostrado (Calcagni, 1984) que el silicio se presenta ligado al interior de
estructuras de biopolímeros polisacáridos (como el ácido hialurónico, la
condroitina, etc...) a través de enlaces no reactivos sumamente estables. Estas
observaciones, señala Calcagni, conducen a pensar que el silicio actúa como el
elemento que permite los enlaces transversales entre proteínas y polisacáridos,
o entre los de estos últimos, de lo cual deriva la importancia del mismo para conformar
la estructuración ordenada de las proteínas que constituyen la matriz del
hueso. Y lo mismo vale para la totalidad del tejido conjuntivo de nuestro
cuerpo.
Después de ofrecer datos técnicos
precisos sobre las concentraciones de silicio enlazado en diversas muestras de
tejido conjuntivo animal /Calcagni, 1988) concluye señalando lo siguiente:
"Los conocimientos actuales
permiten pensar que el silicio tiene un ROL ESTRUCTURAL en el tejido
conjuntivo, que está implicado en la SÍNTESIS DE LOS MUCOPOLISACÁRIDOS y que
interviene en la MINERALIZACIÓN DE LA MATRIZ ÓSEA"
La función del silicio sobre el
tejido conjuntivo tiene alcances más amplios, dada la predominancia de dichos
tejidos en nuestro cuerpo.
EXPOSICIÓN DE LOS SORPRENDENTES
TRABAJOS DE LOUIS KEVRAN SOBRE EL SILICIO Y EL CALCIO
Louis Kervran es un biólogo
francés, famoso por su teoría sobre las transmutaciones biológicas de baja
energía. Este autor sistematizó y desarrollo todo un conjunto de experiencias,
hechos e información que implicarían una revolución para la concepción de la
química. En efecto, mientras que dicha ciencia habla de elementos básicos
inmutables, Kervran trata de demostrar que en los organismos vivos ocurre, con
bajos niveles de energía, la transmutación de unos elementos en otros, fenómeno
que de acuerdo con los conocimientos actualmente imperantes sólo es posible
para elementos radioactivos o en sistemas de alta energía (bomba atómica;
génesis de la energía solar, etc...). En lo que respecta al calcio Louis
Kervran nos recuerda los grandes enigmas que rodean el estudio de este mineral,
y propone una solución basada en la transmutación del silicio en calcio:
¿De dónde surgen las grandes
masas de calcio que aparecen en la era secundaria en nuestro planeta?
Según Kervran la única
explicación posible es que se forman a partir del silicio mineral por la acción
de los microorganismos. En efecto, afirma que algunos microorganismos son
capaces de transformar el silicio en calcio, tal es el caso de los
actimonomicetos del género estreptomicetos
¿ Cómo se explica que algunas
plantas como las margaritas, el trigo sarraceno, el roble y los geranios
produzcan calcio aunque crezcan sobre terrenos que no contengan dicho mineral?
Precisamente, según él, por la
transmutación del silicio en calcio
Esta misma transmutación permite
explicar un enigma clásico de la biología que ha sido observado desde hace
mucho tiempo:
En 1799 el químico francés
Vauquelin, se interesó por la cantidad de calcio defecado diariamente por las
gallinas. Llevó acabo un sencillo experimento con resultados sorprendentes:
Alimentó gallinas sólo con avena,
y calculó la cantidad de calcio aportado por dicho alimento. Al medir la
cantidad de calcio excretada en los huevos y las heces fecales encontró que las
gallinas excretaban 5 veces más calcio del que habían ingerido. Concluyó que el
calcio excedente había sido creado pero no supo como.
Posteriormente Prout llevó a cabo
estudios sistemáticos sobre la variación de las cantidades de calcio durante la
incubación y eclosión de huevos de gallina. Demostró algo asombroso: al salir
del cascarón el pollito contiene 4 veces más de calcio del que hay disponible
en el interior del huevo.
Se objetó que el calcio
provendría del cascarón del huevo, pero esto no solo no se pudo probar sino que
resulto descartado por una razón muy sencilla: la cantidad de calcio contenido
en el interior del huevo permanece constante hasta el 10º día de incubación. A
partir de ese momento la membrana se desprende del cascarón y se incrementa el
espacio de aire, por lo cual no puede haber transferencia de calcio desde el
cascarón hacia el interior del huevo.
Sin embargo, el incremento del
calcio es innegable pues pasa de 0,04 gr el 10º día 0 0,18 gr en el 20º día.
¿De dónde surge? Este enigma que ha intrigado por más de 150 años a la ciencia
se podría explicar, siempre según Kervran, porque paralelamente la membrana del
huevo incrementa progresivamente su contenido en silicio:
Según Charnot, llega a contener
154,79 mg por cada 100 gr en sus capas internas y 464,80 mg en sus capas
externas.
Es pues el silicio nuevamente la
solución del misterio, pues el silicio se transmuta en calcio (Kervran 1986,
p.64).
En un experimento con ratas se
dividió en 3 grupos un lote de animales:
Uno recibió una dieta normal
Otro una dieta rica en calcio
Otro un complemento de cola de
caballo (rica en silicio)
Se produjeron facturas óseas
artificialmente. A los 10 días se observó que en el grupo con silicio ya habían
consolidado las fracturas; por el contrario, aún a los 17 días en el grupo con
calcio no habían desaparecido las fracturas (citado por Kervran).
Numerosos experimentos con
germinación de semillas han demostrado una elevación de las cantidades de
calcio que se acompañan con un descenso de las cantidades de magnesio (Kervran,
p. 78)
Por otra parte existen datos que
señalan la mala absorción del calcio:
Las dietas sugeridas para las
gallinas ponedoras de granjas industriales incluya en carbonato de calcio (para
fortalecer el cascarón de los huevos). Sin embargo el Dr. Horwitz del Instituto
de Investigación Agrícola Volcani, de Israel demostró en 1965 que si bien dicho
mineral sería parcialmente usado para formar el cascarón, también se fijaría,
en los tejidos, notablemente en el apéndice; y siendo dicho órgano importante
para la producción de anticuerpos dicha calcificación haría que los animales
fuesen más susceptibles a enfermedades. Además el exceso de carbonato de calcio
generaba alteraciones hormonales. (ibid p. 65).
· Sabemos que el hueso se compone
en 2/3 de sales minerales y 1/3 de una matriz intersticial dice Kervran y que
la composición promedio de sales es la siguiente:
- Fosfato tricálcico 85 %
- Fosfato de Magnesio 2 %
- Carbonato de calcio 9 %
- Fluoruro de calcio 4 %
Por eso mismo se ha creído que
aportar calcio es la clave para tener huesos saludables y/o para combatir la
descalcificación pero, insiste Kervran, aportar calcio no resuelve el problema.
· Como sabemos el aporte de
calcio no corrige la osteoporosis y puede generar depósitos de calcio en otros
órganos. Además, el exceso de calcio puede generar depresión, astenia e
hiperemotividad, según el Dr. Montassut (citado por Kervran) el exceso de
calcio genera una alteración de la proporción potasio/calcio, y exceso de
potasio en el plasma, generando hiperexitabilidad, lo cual se corrige
ingiriendo magnesio (ibid).
· En casos avanzados de
desmineralización ósea y de reumatismo articular crónico el Dr. Charnot obtuvo
resultados remarcables añadiendo cantidades muy pequeñas de flúor a dosis de
silicio orgánico y de potasio. El silicio y el potasio generan calcio y el
flúor refuerza el fosfato (Kervran).
· Bajo la dirección del Dr.
Charnot se llevaron a cabo numerosas experiencias con humanos (varios cientos
de casos) y estudios con animales que demostraron sin lugar a duda que el
aporte de silicio (combinado con magnesio, potasio o flúor) da excelentes
resultados para combatir osteoporosis, descalcificación y reumatismo crónico
(Kervran 1986, p. 77). Estas experiencias fueron reconfirmadas por el Dr.
Monceaux en Francia /Kervran 1986, p. 47).
· El Dr. Belga, Pilsnier,
especialista en nutrición, comenta en su libro Salve su salud algunos aspectos
paradójicos del aporte de calcio:
"Niños con dentición
retardada que recibían una cantidad normal de calcio a través de su dieta (de
acuerdo con los criterios nutricionales clásicos) a través de frutas,
vegetales, queso, leche y carne, superaron en pocas semanas dicho retardo al
ser retirados de su dieta la leche y el queso (tradicionalmente considerados
buena fuente de calcio)".
La misma dieta pobre en calcio
llevó a la rápida formación del calcio óseo en un caso grave: una persona mayor
de 60 años con fracturas del cuello del fémur, que había sido sometida a dos
cirugías, y otros tratamientos clásicos sin éxito (Kervran).
Debo señalar aquí, en
concordancia con estas tesis, la observación reciente de la paradoja de la
osteoporosis y el calcio: sabido es que las poblaciones con una ingesta elevada
de calcio como los norteamericanos (600 a 900 mg / día) o los esquimales (2500
mg/ día) presentan las más altas tasas de osteoporosis, mientras que
poblaciones con una ingesta de calcio moderada, como los bantúes (200 o 300 mg/
día) prácticamente no sufren dicha enfermedad (Somersall 2001).
Las dietas ricas en lácteos
resultan contraproducentes porque aportan poco magnesio y exceso de proteínas
acidificantes que obligan al organismo a desalojar minerales de los huesos para
combatir la acidez.
Kervran cita los trabajos del
profesor Delbet y del profesor Stolkowski: el primero comenta que “ no sabemos
la forma en la cual el fosfato de calcio llega a los huesos”, de hecho, nunca
se ha demostrado que el calcio proveniente de la dieta entre a los huesos. El
segundo señala que “ es usual esconder nuestra ignorancia, sobre el origen
bioquímico del calcio dándole el nombre de proteína fosfocarbonada a la
secreción de los osteoblastos (células formadoras del hueso)” pero estas
palabras sólo son una tautología que nada explica.
En 1962 en Montreal, señala
Kervran, H: Seyle, escribe una obra sustancial sobre lo que el llama
calcifilaxis (fenómeno de calcificación local de los tejidos) y comenta que “
la naturaleza del mecanismo local de calcificación es uno de los más
importantes problemas no resueltos de la bioquímica”.
Los nuevos conocimientos,
concluye Kervran demuestra que la calcificación, el desarrollo óseo y la
recalcificación se logra mucho mejor con silicio orgánico y pequeñas cantidades
de magnesio y de potasio que con calcio. Este último sería, en verdad, un
derivado de esos 3 elementos básicos.
De acuerdo con Kervran esta
correlación entre silicio y calcio resulta de importancia también en sentido
inverso, es decir que ante una deficiencia de silicio se pueden generar
depósitos de calcio en los tejidos. Tal es el caso de la ateroesclerosis,
enfermedad en la cual el déficit de silicio en el tejido arterial precede al
depósito de calcio en el mismo. Un aporte de silicio puede corregir el
problema.
Los trabajos de Kervran
demuestran pues que el silicio es la clave para reforzar los huesos, acompañado
por el magnesio y el potasio.
Los estudios realizados han
demostrado que el silicio aumenta la respuesta inmune, tanto especifica
(producción de células específicas de la inmunidad) cuanto la humoral
(producción de anticuerpos).
EL SILICIO Y LA SALUD
CARDIOVASCULAR
Este es uno de los campos más
interesantes de aplicación del silicio. Podríamos decir que el silicio es el
gran olvidado de la salud cardiovascular, en esta área de salud el silicio
actúa a tres niveles:
- Protege la pared arterial
- Disminuye los niveles de
colesterol
- Acción hipotensora
PROTECCIÓN DE LA PARED ARTERIAL
· En las arterias de los niños
encontramos 4 veces más silicio que en las de las personas mayores
· En una arteria afectada por
placas de colesterol con depósitos de calcio hay de 10 a 20 veces menos silicio
que en una arteria sana
· En las placas de colesterol no
hay nada de silicio
Los estudios clásicos al respecto
son los de Loeper (citado por Pometan 1978).
Loeper demostró que el silicio se
concentra de manera especial en las paredes de los vasos sanguíneos y sobre
todo en la aorta, y les confiere la elasticidad. Además comprobó que el
contenido de silicio decae con el proceso de formación del ateroma (la placa de
colesterol que obstruye la pared arterial) Loeper observó que la tasa de
silicio es más bajo cuanto peor era la lesión ateromatosa. Y que el silicio
tiene un papel protector sobre la pared arterial.
Diversos estudios con conejos
(Loeper) demostraron que la formación de las placas de ateroma pasa de 80 %
(animales no tratados) a solo 25 % en los animales tratados. Esta acción se
debe al papel protector del silicio sobre la pared arterial.
ROL CURATIVO
Otro autor (Gendre, citado por
Pometan 1978) observó, mediante estudios de microscopía electrónica sobre las
paredes arteriales de conejos, que la administración de moléculas de órgano
silicios genera una desaparición de las placas de ateroma. En los animales
tratados se generaba una regresión de la lesión producida sobre los tejidos
elásticos gracias al estímulo de desarrollo de nuevas fibras elásticas, y
también se observa una regresión de los depósitos ateromatosos en las paredes
arteriales.
En los animales tratados se observaba
un aumento del diámetro de las fibras elásticas y un aspecto más denso del
colágeno (citado por Desmonty 1988).
En Finlandia un estudio
estableció una correlación directa entre la cantidad de silicio del agua
potable y la frecuencia de los infartos: la menor ingesta de silicio se
correspondía con mayor tasa de enfermedad coronaria. Desde 1910 Fisher y
Goleget (citados por Desmonty 1988) ya habían sugerido el rol protector del
silicio en la ateromatosis y la esclerosis arterial. Por su parte Kervran
señaló que la falta de silicio es necesaria para que se produzcan los depósitos
de calcio en las arterias.
Bricaus (citado por Desmonty)
corroboró la acción protectora de silicio sobre la pared arterial de conejos.
El mecanismo es enzimático: el silicio conserva el potencial enzimático de las
paredes aórticas lo cual permite una defensa contra la formación de depósitos
lipídicos. Se ha sugerido también que el silicio actúa dando mayor
impermeabilidad a la pared arterial.
Fourtillan (1971) presenta, por su
parte, un detenido estudio de los efectos del silicio en conejos sometidos a
dietas ricas en colesterol. Estudia con detalle las alteraciones que genera el
silicio en el metabolismo de los lípidos, en las paredes arteriales y en los
mecanismos enzimáticos y concluye que el silicio orgánico se muestra
susceptible de frenar e inclusive puede impedir los procesos degenerativos que
sufre el animal sometido a un régimen rico en colesterol. Este rol protector se
manifiesta por un aumento en ls mecanismos de autodefensa y por facilitar los
mecanismos de destoxificación (eliminación de desechos orgánicos). Este autor
subraya que el efecto preventivo es notoriamente más eficaz que el efecto
curativo del silicio.
ROL ANTICOLESTEROL
Pomentan (1978) refiere un estudio
con animales en el cual se logró que:
- La tasa de colesterol en sangre
bajara
- La tasa de colesterol en hígado
bajara
ROL ANTIHIPERTENSIVO
Numerosos estudios (Pometan 1978)
han demostrado el efecto antihipertensivo del silicio orgánico.
RESUMEN
El Silicio actúa de forma
polivalente en el mantenimiento de la salud cardiovascular.
1- Mantiene saludable las
arterías:
- El silicio da elasticidad a las
arterias. Como decía Da Vinci: " la edad de un hombre depende de la edad
de sus arterias". Hoy podemos afirmar que la edad de las arterias depende
de la cantidad de silicio.
- La pérdida de silicio precede
al depósito de lípidos y al depósito de calcio, que conforman las placas.
- El silicio protege las arterias
de forma múltiple:
- Da integridad al tejido
elástico y a los mucopolisacáridos
- Confiere impermeabilidad a
dichos tejidos frente a los lípidos y el calcio
- Mantiene la integridad
enzimática que protege al tejido arterial de los depósitos de lípidos
2- El silicio disminuye los
niveles altos de colesterol
3- El silicio combate la
hipertensión
El Silicio es pues un protector
vascular que conserva la estructura y el metabolismo de las paredes arteriales.
También se lo ha usado para tratar perturbaciones generadas por alteraciones de
los vasos sanguíneos del oído interno como zumbidos de oídos (Desmonty 1988).
Antes de pasar a comentar los trabajos de Duffaut en este ámbito señalemos una
correlación interesante entre silicio y salud cardiovascular.
FIBRA, SILICIO Y SALUD
CARDIOVASCULAR
Calcagni (1984) señala que es
bien conocida la asociación entre la fibra y aterosclerosis.
La ingesta de fibra ha caído en
3000 % en los últimos 10 años, refiere este autor. Pero lo que no se ha dicho
es que la fibra proveniente de los cereales integrales era una de las
principales fuentes de silicio. Calcagni estudia el contenido de silicio de
diversos tipos de fibras y propone que a mayor contenido sde silicio mayor es
su efecto anticolesterol. La acción del silicio sería múltiple:
El silicio de la fibra puede ser
la base de enlaces de los ácidos biliares con la fibra que entonces atraparía
más bilis y la expulsaría vía heces fecales
El silicio absorbido de la fibra
protegería al sistema cardiovascular de los efectos lesivos de los lípidos
El silicio actuaría a nivel
hepático optimizando el metabolismo de los lípidos. (Calcagni 1984)
LOS TRABAJOS DE DUFFAUT
En 1957 Duffaut sintetizó una
primera molécula de silicio orgánico estabilizada con ácido cítrico.
Rápidamente la probaría en el tratamiento del cáncer y las enfermedades
cardiovasculares con excelentes resultados. En los años 60 en colaboración con
el cardiólogo Roland Rager, Duffaut obtiene éxitos notables con el silicio
orgánico en la cardiología. Rager trató con éxito cientos de casos de angina de
pecho, infartos de miocardio, y arteritis de los miembros inferiores. El Dr.
Rager publica un primer trabajo sobre 50 pacientes tratados con silicio
orgánico aplicado con ionocinesis (corrientes eléctricas muy bajas y altamente
estabilizadas). En un libro de 400 páginas titulados El infarto no mata Rager
publica los resultados favorables obtenidos con cientos de pacientes y otorga
numerosas entrevistas de radio y televisión y vuelve a ser objeto de alegues
por parte del gremio médico de Burdeos. En 1967 recibe un espaldarazo a nivel
nacional, Roland Rager recibe el Premio Nacional de Medicina J. Levy Briker,
otorgado por la Academia de Medicina Francesa, por su uso del silicio orgánico
en la terapéutica humana. De inmediato fue atacado por la cardilogía ortodoxa
que levanta una solicitud para prohibir el uso de esa terapia. Rager documenta
sus éxitos y presenta un dossier ante las autoridades médicas regionales
(Burdeos), y después de un largo proceso gana el caso.
Paralelamente Duffaut había
utilizado los órganos silicios (sin la ionocinesis) para tratar diversas
patologías cardiovasculares:
Mediante compresas sobre el plexo
cardíaco aplicadas durante 8 horas todas las noches por 15 a 30 días, obtuvo
buenos resultados en casos de angina de pecho y de infartos.
En 1961 propone al Hospital de
Burdeos el uso de los órganos silicios en su planta de cardiología. Por
prudencia el Director del Hospital le propone utilizarlo primero en
pesiarterites escapulo humeral. Se aplicó durante un mes combinado con ionocinesis
y los resultados fueron extraordinarios.
En 1964 un laboratorio interesado
en comercializar la molécula de Duffaut llevó a cabo un estudio sobre el
ateroma en conejos, apoyándose en estudios de microscopía electrónica. Se trató
de un estudio cuidadoso que se prolongó durante 2 años, llevado a cabo en un
Instituto de Microscopía Electrónica que dependía de la Facultad de Ciencias de
la Universidad de Burdeos. El estudio se centró particularmente en el examen
microscópico de cortes histológicos de la aorta de los conejos. Más de 1000
fotografías fueron tomadas comparando los conejos tratados y no tratados. Este
trabajo magistral demostró el papel curativo y preventivo de los órganos
silicios sobre el ateroma experimental en conejos y complemento los trabajos
realizados por el Dr. Rager y Dr. Norbert Duffaut con pacientes humanos.
COLESTEROL
Mediante compresas sobre el
hígado Duffaut logró resultados espectaculares contra el colesterol, en una
centena de casos los niveles bajaban de 3,5 a 2 gr/ lit en 30 días.
HIPERTENSIÓN
Duffaut logra resultados
igualmente impresionantes utilizando su molécula de silicio orgánico junto con
magnesio en compresas sobre las muñecas y la cara interna de los codos.
BIBLIOGRAFÍA
DEVEY E.S. 1970, Scientific
American 223 nº 3, 148- 158, sept.
DESMONTY, Marie- LAURE, SILICIUM
ET SILICOA, Tesis para obtener el diploma de Estado como doctora en Medicina,
Universidad de Burdeos, Francia, 16 de Junio de 1988.
Dr. Atkins, Robert C. Los vitanutrientes, ed.
Grijalbo, 1999.
CARLISLE, Edith M (1977). "Silicon as an
essential element, Newer Candidates For Essencial Trace Elements, Federation
Proceeding, vol 33, nº 6, junio 1977"
PDR FOR HERBAL MEDICINES, ED MEDICAL ECONOMICS
COMPANY, USA, 2000.
TOLONEN, Mati, (1995) Vitaminas y
minerales en la salud y la nutrición, ed. ACRIBIA, 1995
SCHWARTZ (1970). "Trace Element metabolism
in animals", Ed C.F. Mill, Livingston, Edinbivig.
El Silicio Orgánico se diferencia
del mineral por la presencia de uno o varios átomos de carbono. Bajo esta forma
es uno de los componentes principales de los organismos vivos. Sin embargo, los
seres humanos somos incapaces de transformar el silicio mineral en silicio
orgánico, de suerte que con el envejecimiento nuestras reservas de este último
compuesto van disminuyendo. El químico Norbert Duffaut, sintetizó por primera
vez una molécula de silicio orgánico en 1957. Durante años trató numerosos
pacientes de las más diversas patologías. Un boton de muestra: en colaboración
con el Dr. G.R Rager, Duffaut se dedicó al tratamiento de los padecimientos
cardiovasculares. Además, apoyaron su trabajo con estudios sobre los efectos
del silicio orgánico en el TRATAMIENTO DE CONEJOS A LOS CUALES SE LES HABÍA
INDUCIDO EXPERIMENTALMENTE UNA OBSTRUCCIÓN ARTERIAL. Los resultados fueron tan
exitosos que en 1967 LA ACADEMIA FRANCESA DE MEDICINA distinguió al DR. Rager
con el premio J. LEVY BRICKER en reconocimiento a sus trabajos con los órgano-
silicios en la terapéutica humana.
Los trabajos de Duffaut se
extendieron en numerosos dominios: problemas hepáticos (hepatitis y cirrosis),
hipertensión, asma, bronquitis crónica, colesterol, problemas intestinales,
etc... También demostró que beneficiaba a los enfermos de cáncer y ayudaba a
tolerar mejor la quimio y la radioterapia
No hay comentarios:
Publicar un comentario